12 abril 2020

GEORG FRANCK VON FRANCKENAU, ACERCA DE LOS HUEVOS DE PASCUA

GEORG FRANCK VON FRANCKENAU
Médico y botánico alemán de mediados del siglo XVII.
Georg Franck von Franckenau nació en 1643 en la ciudad de Naumburg en Alemania.
Dio clases de Anatomía, Química y Botánica en Jena y llegó a ser profesor de Medicina en la Universidad de Heidelberg.
Entre sus obras destaca por su curiosidad el libro titulado De ovis paschalibus en el que habla de los huevos de Pascua.
Se trasladó a Dinamarca como médico personal de Christian V,  rey de Dinamarca y Noruega,  y falleció en Copenhague en 1704.



ACERCA DE LOS HUEVOS DE PASCUA



En el año de 1682 Georg Franck von Franckenau escribió un ensayo titulado De ovis paschalibusSobre los huevos de Pascua, a los que considera antiguos símbolos paganos de vida y fertilidad conectados con la fiesta de Pascua.

En este ensayo nos explica sus significado, menciona por primera vez al Conejo de Pascua y nos dice:


"En Alsacia y en las regiones vecinas estos huevos se llaman huevos del conejo debido al mito que se cuenta para hacer creer a las personas simples y a los niños que el Conejo de Pascua los va poniendo y escondiendo en la hierba de los jardines, por eso los niños los buscan así con más entusiasmo para el deleite de los sonrientes adultos."



EL CONEJO DE PASCUA
El Conejo de Pascua es el personaje que se conoce por esconder los huevos de chocolate que los niños buscan el Día de Pascua. 
Se mencionó por primera vez en la obra del escritor Georg Franck von Franckenau, Acerca de los huevos de Pascua, donde señala que los huevos eran traídos por un conejo, según una antigua tradición de la Alsacia en Francia.


El conejo o la liebre como símbolos de pascua tienen un origen muy antiguo.
Las liebres y los conejos, eran los animales más fértiles que existían y siempre fueron los símbolos de la nueva vida  y el regreso de la primavera.
Los primeros conejitos comestibles de pascua, fueron hechos en Alemania a principios de 1800. 
Se elaboraban a base de pasteles y azúcar.
La tradición de los conejos de pascua de chocolate está extendida por muchos países del mundo.

LA LEYENDA DEL CONEJO DE PASCUA
Varias leyendas conectan al Conejo de Pascua con la celebración de la Pascua cristiana.

Por ejemplo, esta leyenda de El conejo del Santo Sepulcro:

Cuando depositaron a Jesús en el santo sepulcro, había dentro de la cueva un conejo escondido que vio con asombro cómo toda la gente lloraba y estaba triste. 
El conejo se quedó allí dentro viendo el cuerpo de Jesús cuando colocaron la gran la piedra que cerraba la entrada.
Se preguntaba quién sería ese señor a quien querían tanto todas las personas. 
Al tercer día presenció algo sorprendente: Jesús se levantó, un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la cueva resucitado.
El conejo comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar a todo el mundo que ya no tenían que estar tristes porque el Señor había resucitado. 
Pero como los conejos no hablan, se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, todos entenderían el mensaje de vida y alegría, y así lo hizo. 
Desde entonces, el conejo sale cada domingo de Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas para recordar que Jesús resucitó y que hay que vivir alegres.


















LOS HUEVOS DE PASCUA
De entre todas todas las imágenes que se identifican con la Pascua destaca el huevo como símbolo de la fertilidad y de la nueva vida.
Originalmente, los huevos de pascua se pintaban con colores brillantes para representar la luz del sol en la primavera.
Se teñían de colores y se pintaban con hermosos diseños.


En la Edad Media los señores se los regalaban a los criados.
Y las parejas de novios los intercambiaban como regalo para el día de los enamorados.
Los huevos se entregaban a las iglesias y a los conventos como donaciones o para pedir favores a los santos.
Los distintos países y culturas han desarrollado sus propias maneras de adornar los huevos de Pascua. 
Los huevos se ofrecen naturales o pintados, teñidos, dibujados, vaciados y delicadamente perforados con filigranas o hechos de  materiales tan diversos como el chocolate, el cristal, el oro el marfil o las piedras preciosas.
LOS HUEVOS DEL TSOUGRISTMA 
Por ejemplo, en Grecia, los huevos teñidos de color rojo, son el símbolo para representar la sangre de Cristo en la Pascua ortodoxa griega.
También simbolizan la nueva vida, la resurrección y la vuelta a la luz. 
Las familias preparan docenas de huevos teñidos de rojo, para decoración, para comer y para jugar.
Uno de los juegos tradicionales de la pascua es el Tsougrisma.
En este juego, dos personas con sendos huevos rojos en la mano, tratan de golpearlos levemente uno contra otro para hacer que el del contrincante se resquebraje.

El último que queda con el huevo sin romper es el ganador y  tendrá buena fortuna durante todo el año.


LOS HUEVOS DE PYSANKY
Los huevos de Pysanky son una obra maestra tanto por su habilidad para diseñarlos como por su elaboración.
Se le aplica cera de abeja derretida al huevo blanco fresco.
Luego se sumerge en baños sucesivos con diferentes colores para ir creando una gama con diferentes líneas de colores de indescriptible belleza, lo que lo convierte en una obra de arte.
Para lograr esto, en el extremo de cada huevo se les hace una pequeña perforación con una aguja y se sopla el contenido que se deposita en una fuente.
Estos  huevos se cuelgan de arbustos y árboles durante la Pascua.

LOS HUEVOS DE FABERGÉ
Un huevo de Fabergé es una de las sesenta y nueve joyas creadas por Carl Fabergé  y sus artesanos de la empresa Fabergé para los zares de Rusia, Alejandro III y Nicolás II, así como para algunos miembros de la nobleza y la burguesía industrial y financiera, entre los años 1885 y 1917. 
Los huevos de Fabergé se consideran obras maestras del arte de la joyería.
De los sesenta y nueve huevos que hizo en total la Casa Fabergé para los zares, la aristocracia y la élite industrial y financiera, se conservan sesenta y uno.

Se conocen cincuenta y dos huevos imperiales, cuarenta y cuatro de los cuales se han localizado hoy, entre ellos los dos últimos de 1917 que nunca fueron entregados ni terminados a causa de la Revolución rusa.  
Entre los inacabados destaca el Huevo de la constelación del Zarevich. 
Los restantes ocho huevos imperiales se consideran perdidos o desaparecidos.
Dos se conocen solamente por haber sido fotografiados en primer plano.
Otros tres se han descubierto en 2007, dos de ellos en una foto tomada a una vitrina de la zarina María Fyodorevna, donde aparece el tercer huevo imperial y el huevo con querubín y carruaje, este último quedó reflejado en el cristal de la misma.
En cuanto al huevo del neceser figura en una fotografía de la joyería Wartski, en Londres, en la parte inferior de una vitrina. No se tiene ningún documento visual de los otros tres.


LOS HUEVOS PINTOS
La fiesta se celebra en las localidades de la Pola de Siero y de Sama de Langreo en Asturias, el martes siguiente al domingo de Pascua. 
La fiesta consiste en la exposición, venta y regalo de huevos pintados de forma artesanal. 



Los huevos están pintados con dibujos y escenas tradicionales acompañados de símbolos o frases alusorias. 

Durante todo el día  numerosos habitantes de la Pola y de Sama visten el traje tradicional asturiano y asisten a la bendición de los huevos pintos.
Se celebran además desfiles de carrozas, espichas con sidra, comidas familiares y meriendas populares, se bailan danzas y bailes tradicionales, se gastan bromas, se hace la subasta del ramo y la fiesta termina con una verbena hasta altas horas de la noche. 


07 abril 2020

ÁNGEL GONZÁLEZ, LA VIDA EN JUEGO




ÁNGEL GONZÁLEZ
Nacido en Oviedo en 1925, el poeta, ensayista y profesor Ángel González es uno de uno de los máximos representantes de la denominada "poesía social" entre los poetas de la Generación del 50.





LA VIDA EN JUEGO

Donde pongo la vida pongo el fuego
de mi pasión volcada y sin salida.
Donde tengo el amor, toco la herida.
Donde dejo la fe, me pongo en juego.

Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luego
vuelvo a empezar, sin vida, otra partida.
Perdida la de ayer, la de hoy perdida,
no me doy por vencido, y sigo, y juego

lo que me queda; un resto de esperanza.
Al siempre va. Mantengo mi postura.
Si sale nunca, la esperanza es muerte.

Si sale amor, la primavera avanza.
Pero nunca o amor, mi fe segura:
jamás o llanto, pero mi fe fuerte.




DONDE PONGO LA VIDA PONGO EL FUEGO
Aquí puedes escuchar musicalizado el poema de Ángel González, La vida en juego, con el título de Donde pongo la vida pongo el fuego, interpretado por el cantante Pedro Guerra en el disco LP titulado La palabra en el aire que grabó junto con el poeta ovetense en el año 2003:


05 abril 2020

LUIS EDUARDO AUTE, LA BELLEZA

LUIS EDUARDO AUTE
Luis Eduardo Aute Gutiérrez-Répide ​​es un músico, cantautor, director de cine, actor, escultor, escritor, pintor y poeta español. 
Nacido en 1943 en Manila, Filipinas, de madre filipina de ascendencia española y padre catalán. 
Fue educado en cuatro idiomas: español, catalán, inglés y tagalo. También hablaba francés e italiano.
Se trasladó cuando niño con su familia a España donde trascurriría su polifacética carrera artística que inició como pintor.

Influido al principio por el expresionismo alemán su pintura tuvo un inmediato reconocimiento que le llevó a ser seleccionado en 1964 para la Bienal de París y en 1967 para la IX Bienal de Sao Paulo. 

En 1974 le conceden el premio de pintura de la XXVII Mostra Fondazione Michetti en Italia.
Aunque fue principalmente conocido como cantautor, también destacó como pintor y como director de cine.
Aute  ha sido etiquetado como cantante protesta, cantante político, cantante comprometido…


Luis Eduardo Aute compuso a lo largo de su vida más de 500 canciones que forman parte de la memoria colectiva no solo de España, sino también de todo el mundo.

Entre ellas destacan: Al albaDe alguna maneraRosas en el marCine, cineAleluya Nº 1Una de dosSiento que te estoy perdiendoPasaba por aquíLa belleza...

Pese al éxito cosechado en el mundo de la canción,  siempre se ha considerado a sí mismo principalmente como poeta y pintor y siempre se planteó sus incursiones en el mundo de la música como algo temporal.





Jaime Gil de Biedma fue una gran influencia en los gustos de Aute, lo mismo que toda la generación del 50, especialmente José Manuel Caballero Bonald o Ángel González.

Los temas recurrentes de la obra de Aute son:  La muerte, el amor, la incomunicación, los miedos, la imagen propia y la soledad. 
En 2019 recibió la Medalla de oro al mérito de las Bellas Artes.
Falleció en Madrid el sábado 14 de abril de 2020.



LA BELLEZA



Enemigo de la guerra
y su reverso, la medalla,
no propuse otra batalla
que librar al corazón
de ponerse cuerpo a tierra
bajo el paso de una historia
que iba a alzar hasta la gloria
el poder de la razón.

Y ahora que ya no hay trincheras
el combate es la escalera
y el que trepe a lo más alto
pondrá a salvo su cabeza
aunque se hunda en el asfalto
la belleza.

Míralos como reptiles,
al acecho de la presa,
negociando en cada mesa
maquillajes de ocasión;
siguen todos los raíles
que conduzcan a la cumbre
locos, porque nos deslumbre
su parásita ambición.

Antes iban de profetas
y ahora el éxito es su meta;
mercaderes, traficantes,
más que náusea dan tristeza,
no rozaron ni un instante
la belleza.

Y me hablaron de futuros
fraternales, solidarios,
donde todo lo falsario
acabaría en el pilón.
Y ahora que se cae el muro
ya no somos tan iguales
tanto vendes, tanto vales.
¡Viva la revolución!

Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo,
ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la belleza.

                           Luis Eduardo Aute

Aquí puede escuchar esta canción compuesta e interpretada por Aute:




MÁS INFORMACIÓN SOBRE AUTE:
Si quieres más información sobre Luis Eduardo Aute:
Entrevista a Aute sobre Leonard Cohen.


FUENTES UTILIZADAS:
Para la realización de esta entrada se han utilizado entre otras las siguientes fuentes: El País, El Mundo, El Español, YouTube, Vevo.