Mostrando entradas con la etiqueta Fernando Pessoa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Fernando Pessoa. Mostrar todas las entradas

06 diciembre 2024

FERNANDO PESSOA: NAVIDAD... EN EL CAMPO NIEVA

FERNANDO PESSOA

Fernando António Nogueira Pessoa nace en Lisboa el 13 de junio de 1888.
Fernando Pessoa, es uno de los mayores poetas y escritores de la lengua portuguesa y de la literatura europea.
Perdió a su padre a los cinco años y su madre volvió a casarse con el cónsul portugués en Durban, Sudáfrica, donde Fernando se educó.
La lengua inglesa tuvo gran importancia en su vida, pues Pessoa traducía, trabajaba y pensaba en ese idioma.
La influencia que en él ejercieron autores como Nietzsche, Milton y Shakespeare, lo llevaron a traducir parte de sus obras y a producir los primeros poemas en idioma inglés.
Tuvo una vida discreta, centrada en el periodismo, la publicidad, el comercio y, principalmente, la literatura, en la que se desdobló en varias personalidades conocidas como heterónimos.

PESSOA Y LA NAVIDAD
Pessoa dedicó varios de sus poemas y algún texto en prosa a la Navidad. 
Aparecieron publicados en distintas fechas en el diario lisboeta Notícias Ilustrado y en la Revista Contemporânea.
Su heterónimo Bernardo Soares en el Libro del desasosiego dedica alguno de sus fragmentos a reflexiones sobre la Navidad.
NAVIDAD... EN EL CAMPO NIEVA

Navidad... en el campo nieva.
En los hogares engalanados,
un sentimiento conserva
los sentimientos pasados.

Corazón opuesto al mundo,
¡Cuán verdadera es la familia!
Mi pensamiento es profundo,
estoy solo y sueño saudade.

Y, ¡cuán blanco de gracia
es el paisaje que desconozco,
visto al través de la vidriera
del hogar que nunca tendré!



NATAL... NA PROVÍNCIA NEVA

Natal... Na província neva.
Nos lares aconchegados,
Um sentimento conserva
Os sentimentos passados.

Coração oposto ao mundo,
Como a família é verdade!
Meu pensamento é profundo,
Estou só e sonho saudade.

E como é branca de graça
A paisagem que não sei,
Vista de trás da vidraça
Do lar que nunca terei!


FUENTES UTILIZADAS
Para la realización de esta entrada se han utilizado, entre otras, las siguientes fuentes:
Arquivo Pessoa. http://arquivopessoa.net/textos/2449 [poema sin fechar] Poesias. Fernando Pessoa. (Nota explicativa de João Gaspar Simões e Luiz de Montalvor.) Lisboa: Ática, 1942 (15ª ed. 1995). p. 115.
1ª publicación en el diario lisboeta: Notícias Ilustrado , nº 29. Lisboa: 30-12-1928.
Las imágenes o vídeos que la acompañan se utilizan solo con fines educativos y el © de las fotografías y el © de los vídeos pertenecen a sus autores.

09 septiembre 2018

FRANCISCO CORRALES FERNÁNDEZ, LA LITERATURA O LA VIDA

FRANCISCO CORRALES FERNÁNDEZ 
Francisco Corrales Fernández de la Puebla es un escritor, articulista, cuentista, novelista y crítico literario nacido en Arganda del Rey en Madrid en 1966. 

Es licenciado en Filología Hispánica,  profesor de Enseñanza Secundaria y corredor de maratones.

Sus artículos, críticas y reseñas aparecen en diferentes revistas literarias como CalamarHilos de Araña o la Revista del Colegio de doctores y licenciados de la Universidad Complutense

Ha preparado en Castalia ediciones didácticas de teatro breve de autores como Unamuno, Baroja, Azorín, Álvarez Quintero, Valle-Inclán, Benavente, Arniches, Gómez de la Serna… y dos piezas juveniles de Alonso de Santos.

Es autor de un manual ebook Hagamos teatro que busca servir de guía y estímulo a quienes tienen la aspiración de montar una obra teatral, pero ignoran cómo afrontar las múltiples dificultades del proyecto.

Reside actualmente en Gijón donde es profesor de Lengua Castellana y Literatura.

Ha ganado diferentes premios de cuentos, relatos y de novela corta. 
Entre ellos el Premio de Novela Corta Salvador García Aguilar por su obra Hagan juego y el Premio Internacional de Novela Corta La Esfera con La felicidad de la polilla.


La felicidad de la polilla es una novela escrita con una prosa irónica, con tintes de humor, que nos hace reflexionar sobre algo tan abstracto y poco tangible como es la felicidad. 


Si quieres conocer un poco más a este escritor, aquí puedes leer un texto suyo:

LA LITERATURA O LA VIDA
Una mañana cualquiera de mi adolescencia abrí un libro de Octavio Paz y le oí decir que eso del amor era un invento tardío de la poesía cortesana, desconocido por completo fuera de la cultura occidental. A su juicio, el amor vivía en la Literatura y se alimentaba de personajes, en cambio las personas de carne y hueso se resignaban a compartir destinos más o menos penosos, mientras jugaban a Romeos y Julietas. En ese periodo tan febril y dogmático de la existencia, tan caro a las sutilezas y a los matices irónicos, mi sentencia fue inapelable. Octavio Paz era un intelectual decrépito, un cadáver exquisito, un senil roedor de biblioteca, además de un resentido, un solterón cenobita y un misógino gilipollas (probablemente entonces sólo me vino a la cabeza el último insulto). Tras el desahogo, decidí desterrarlo de mi biblioteca. Estaba clarísimo que ese infeliz jamás había dado su primer beso ni había pasado una madrugada en blanco pensando en ella ni había sentido el aleteo de las mariposas de azúcar revoloteando sobre su corazón. Obviamente ignoraba que la vida iba por delante de una Literatura cuya misión consistía en levantar acta notarial de un sentimiento universal y eterno.

Una tarde cualquiera, diez años después, abrí un libro de Kafka y le oí decir algo similar. Por aquel entonces el hombre demoraba su noviazgo con la sacrificada Felice Bauer sin atreverse a confesarle que no la amaba. Tan persuadido estaba de que las servidumbres del matrimonio le impedirían experimentar el sentimiento del amor, que finalmente la dejó. Poco después iniciaba una relación epistolar con otra mujer, Milena, y fue con ella, acaso porque se veía obligado a soñarla si quería verla, con quien descubrió lo que su prometida no supo mostrarle. La proximidad física banalizaba a Felice, en cambio, la distancia transformaba a Milena en diosa. Nos podemos imaginar a los novios, rutinarios, paseando por las calles de Praga después de almorzar, él, taciturno y apático, ella destilando un leve aroma a coliflor, explicándole que le dolían los pies con esos zapatos de aguja, que la verdura le hinchaba la barriga o que el salmón era su color predilecto para las cortinas de su futura alcoba, ¿te parece, cariño? Por fin, en la soledad de su cuarto, el novio se olvidaría de la novia para derramarse sobre la otra en apasionados mensajes de tinta: Ah, Milena, “Escribir cartas significa desnudarse ante los fantasmas, que lo esperan ávidamente. Los besos por escrito no llegan a su destino, se los beben por el camino los fantasmas.” Y luego liberaba su dolor por correspondencia: “No puedes amarme, por más que lo quieras; desdichadamente amas al amor que sientes hacía mí, pero el amor que sientes hacía mí no te ama.” Deslumbrado ante sus razones, comencé a matizar la postura de mi yo adolescente. El amor no era un invento de la Literatura, por supuesto, pero quizá ésta no se limitaba sólo a dar fe de su existencia. Quizá la persona experimentaba un amor tangible y su personaje se refugiaba en otro etéreo; de ese modo uno podía adentrarse en ambos mundos, carne y alma, recogiendo de uno lo que le faltaba del otro. Cerré ese libro, pero no lo desterré de mi biblioteca.


Una noche cualquiera, diez años después, (ya iban veinte) abrí un libro de Marina Tsvietáieva y le oí idéntico argumento. En sus conmovedoras cartas decía que el amor vivía en las palabras y moría en las acciones. La mujer estaba casada, tenía dos hijos, rutina marital, pero su personaje se había resarcido clandestinamente enamorándose de Rilke mediante una profunda y perfecta relación literaria. Por carta apretaba sus manos sin manos, lo besaba sin labios, porque ella no vivía en su boca, pues “cuando se ama a una persona se desea siempre que se vaya para poder soñarla”. A la tercera fue la vencida. Me convenció. Adiós resabios adolescentes. Estaba claro que el amor vivía en la Literatura, sí, y se desarrollaba en sus personajes. Entonces indulté a Octavio Paz y coloqué su libro junto al de Kafka y al de Marina, en mi mesilla de noche para que me iluminaran antes de dormirme.


No obstante, notaba como si se me escapara algo; una teoría demasiado redonda, demasiado sublime, demasiado aséptica. ¿De verdad la Literatura crea el sentimiento? ¿De verdad un verso vale más que una persona? ¿De verdad un beso soñado gana en perfección a uno regalado? Pues no estaba tan claro. Así que, antes de sancionar la tesis, escarbé un poco en sus biografías en busca de luz. Y la encontré, vaya si la encontré. Sorpresa. Resulta que además de escribir, los tres se reservaron un tiempo nada desdeñable para vivir esa vida tan banal que ridiculizaban en sus obras. Octavio Paz, antes de abandonar a su suerte a Helena Garro, despechado por su infidelidad con Adolfo Bioy Casares, perdió la cabeza por ella y reclamó entre lloros ese amor cuya existencia negaba, tan chulo, en sus versos. Entre carta y carta Kafka se desvivió y sufrió no por culpa de un sueño, sino por culpa de Felice, Yuly y Dora, las mujeres de pies encallecidos y barrigas hinchadas a las que recurría en sus momentos de angustia. El desgarro definitivo que condujo a Marina al suicidio no lo provocó su amor literario a Rilke, sino la condena a muerte de su marido y el encarcelamiento de su hija durante las purgas de Stalin. Y comprendí, que más allá de la Literatura, es la vida la que nos convierte en persona. El poeta, como decía Pessoa, sólo es un fingidor de penas y alegrías, un empleado a sueldo que trabaja a ratos puliendo y engastando palabras. Y cuando guarda el papel, sale a la calle y se pone a sentir con el peso de todas sus vísceras.


Hoy respeto a esos tres grandes escritores. Su Literatura está a la izquierda de mi cama. Me gusta hojearla, pero no cambio a ninguno por la mujer de carne y hueso que duerme a mi lado derecho. Ellos tampoco lo hubieran hecho, creo.


Francisco Corrales Fernández


24 enero 2016

MAURÍCIO MEIRELES, ENCONTRADA EN SUDÁFRICA UNA CAJA CON TEXTOS INÉDITOS DE FERNANDO PESSOA


ENCONTRADA EN SUDÁFRICA UNA CAJA CON TEXTOS INÉDITOS DE FERNANDO PESSOA

A Fernando Pessoa de niño le gustaban las travesuras. Se ponía disfraces espeluznantes para asustar a los empleados y,  ya desde entonces un fingidor, reclutaba a los hermanos para representar pequeñas piezas teatrales en el hogar. 

Pero sentía un miedo terrible a los truenos. Así que se escondía en lugares oscuros cubriendo la cabeza para no escuchar el ruido.


El relato de la infancia del poeta está en una carta inédita de Teca, su media hermana, enviado en los años 70 al investigador británico Hubert Jennings, uno de los primeros biógrafos del poeta.



El descubrimiento fue realizado en julio, cuando los hijos de Jennings estaban buscando un lugar para el legado de su padre, fallecido hace 23 años, y fue tratado con discreción hasta el momento. 

El conjunto de documentos sobre Pessoa fue transferido a la Universidad de Brown en los EE.UU. que cuenta con un importante centro de investigación sobre la literatura portuguesa.
El legado se compone de un conjunto de 2000 documentos encontrados por un grupo de investigadores después de pasar décadas en un garaje en Sudáfrica, donde el poeta vivió de niño.



Es demasiado pronto para decir exactamente todo lo que hay en el legado, pero un primer vistazo acaba de aparecer en Pessoa Plural la revista de estudios pessoanos publicada por Brown. 

Hay transcripciones de documentos del legado de Pessoa que Jennings visitó en la década de los 50, mucho antes de que dicho legado fuera trasladado a la BNP (Biblioteca Nacional de Portugal).



Como la caligrafía del poeta es difícil de entender -a veces, no se puede saber en qué lenguaje fueron escritos los textos- el trabajo de Jennings sirve de gran ayuda.

El estudioso inglés incluso hizo un inventario del legado de Pessoa, que debe ser confrontado con el de la institución portuguesa, con el fin de saber qué documentos se pueden haber perdido.


CARTAS PERDIDAS

La esperanza de que haya materiales inéditos tiene un motivo: se encontró la transcripción de una carta del 28 de febrero de 1934 de Pessoa a su medio hermano Juan. 
El documento no está en la BNP y, por lo que sabemos, tampoco entre los papeles que la familia del poeta tiene todavía consigo en Portugal.
También  se encontró  en la caja el libro inédito The Poet of Many FacesEl poeta de muchas caras, una compilación, reunida por Jennings, de poemas en inglés escritos por Pessoa. El investigador estaría entonces uno de los primeros en publicar la  poesía inglesa de Pessoa.
Como un homenaje a la labor de Jennings, el investigador argentino Patricio Ferrari, especialista en la obra inglesa y francesa  del portugués, publica en la revista Pessoa Plural 25 poemas inéditos del autor -dos de los cuales ya habían sido transcrito por Jennings. El material ya está disponible en la versión online de la revista.



"La vida y la obra de Pessoa son un rompecabezas. Sabemos que hay miles de documentos que no han sido publicados. La colección de Jennings ayuda para armar este rompecabezas", dice el brasileño Carlos Pittella-Leite, miembro investigador de la Universidad de Lisboa, que fue el primero, junto con Patricio Ferrari, en consultar la documentación.

Pitella-Leite, editor invitado de la revista Pessoa Plural, que ayudó en la transferencia del legado para  Brown, calcula que aún tiene que pasar un año para que la institución haga todo el inventario de los documentos. Sólo entonces se tendrá una idea más exacta de todo el material inédito en el legado de Jennings.



Incluso si la caja  no tuviese a documentos desconocidos de Fernando Pessoa, el descubrimiento aún así sería valioso por mostrar la investigación de Jennings sobre el autor portugués y las impresiones del británico sobre Portugal.



Un diario del intelectual, por ejemplo, cuenta la vida cotidiana en Portugal en 1968, año en el que cayó el dictador Antonio Salazar. El documento ayuda a reconstruir la rutina portuguesa en los meses anteriores la caída del dictador.
El descubrimiento de los documentos también permitió determinar la autoría de un documento sobre los heterónimos pessoanos en poder de Manuela Nogueira, del sobrina del poeta lusitano. Una carta de Michael, otro medio hermano de Pessoa, en la que le da consejos a Jennings sobre un libro, sugiere que el propio investigador es el autor del ensayo. 
El británico es otro caso notorio de extranjero que ha desarrollado una profunda relación con la obra de Fernando Pessoa, al lado del mexicano Octavio Paz y del italiano Antonio Tabucchi.
Jennings que, como Camões, perdió un ojo en el campo de batalla, luchando en la Primera Guerra Mundial, descubrió el poeta, a los 70 años, al escribir la historia de Durban High School, la escuela en Sudáfrica, donde estudió Pessoa en la infancia, entre 1899 y 1904. 
Jennings posteriormente se trasladó a Portugal para estudiar la obra del autor portugués. 

LA CAJA DE SUDÁFRICA

La caja con los documentos estaba en el garaje de su sobrina en Sudáfrica. Los papeles se encontraron cuando ella se mudó de Johannesburgo a Ciudad del Cabo. Como los hijos de Jennings querían escribir la historia de la familia, los enviaron al escritor estadounidense Matthew Hart en Nueva York.

Hart trató con la Universidad de Brown para entender la importancia de los documentos. La institución, a su vez, consultó con el colombiano Jerónimo Pizarro,  una de las principales autoridades en la obra de Pessoa. Pizarro pidió a Carlos Pittella-Leche y a Patricio Ferrari  que viajaran a Nueva York para revisar y avalar los documentos.

"Estos documentos estuvieron fuera de la circulación durante 23 años. Me sorprendió ver la voluminosa cantidad de escritos sobre Pessoa, traducciones, cuentos y recuerdos de mi padre", dice el geólogo Christopher Jennings, hijo del intelectual.

Maurício Meireles
Colunista da Folha de S.Paulo



Fernando Pessoa con su familia en la casa de Durban en Sudáfrica



08 septiembre 2014

JOSÉ SARAMAGO, EL AÑO DE LA MUERTE DE RICARDO REIS


JOSÉ SARAMAGO 
El poeta y escritor portugués, José Saramago fue una de las voces más importantes de la literatura portuguesa de todos los tiempos. 

Galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1998, Saramago fue conocido internacionalmente tanto por su obra literaria como por su posicionamiento político.


Nacido en una familia de origen humilde, Saramago  no logró completar su formación debido a problemas económicos.

Combinó su trabajo en un taller con el estudio autodidacta, obtuvo un trabajo de oficinista y publicó su primera novela con escaso éxito.

Saramago colaboró con periódicos y revistas y recién casado con su primera esposa pasó a trabajar para una editorial como traductor. 

Durante la dictadura de Salazar, debido a sus ideas de izquierda y su afiliación al Partido Comunista de Portugal, tuvo muchos problemas con la censura a la hora de publicar.


Tras la Revolución de los Claveles en 1974, a partir de la llegada de la democracia a Portugal, Saramago comienza su etapa más conocida y activa. 

Publica en 1984 una de sus obras más famosas, El año de la muerte de Ricardo Reis

El éxito y una gran presencia en los medios de comunicación le llegaron con El evangelio según Jesucristo, obra que levantó un gran malestar no sólo entre la jerarquía católica sino también en el gobierno de su país. 

El escándalo que produjo esta obra fue uno de los motivos que llevaron a Saramago a instalarse en España en la Isla de Lanzarote con su segunda mujer en 1991.

Sus últimas obras a partir de entonces tuvieron gran reconocimiento en el panorama literario internacional.

PREMIO NOBEL DE LITERATURA EN 1998



José Saramago recibió el Premio Nobel de Literatura en 1998 y fue el primer escritor portugués que obtuvo dicho galardón.


Tras conseguir el Nobel de Literatura alcanzó fama mundial y se vio envuelto en polémicas al manifestar abiertamente sus ideas en contra de la política neoconservadora, la actitud de la Iglesia Católica y a favor de los pueblos más desfavorecidos.

EL AÑO DE LA MUERTE DE RICARDO REIS





A fines de 1935, cuando acaba de fallecer Fernando Pessoa, llega al puerto de Lisboa un barco inglés, el Highland Brigade, en el que ha viajado, desde Brasil, Ricardo Reis, uno de los heterónimos del gran poeta portugués Fernando Pessoa. 



A lo largo de nueve meses cruciales en la historia de Europa, durante los que estalla la guerra de España y se produce la intervención italiana en Abisinia, asistiremos a la última etapa de la vida de Ricardo Reis, en diálogo con el espíritu de Fernando Pessoa que acude a visitarle desde el cementerio en los momentos más inesperados.

Es la época de las plumas estilográficas, de las radios Pilot, de las Juventudes Hitlerianas, de los topolinos, en una Lisboa atlántica y lluviosa cuya atmósfera envolvente se convierte en la verdadero protagonista de esta fascinante experiencia narrativa. 

El año de la muerte de Ricardo Reis de José Saramago es una lúcida meditación, a través de un poeta y una ciudad, sobre el sentido de toda una época.

Si tienes curiosdad por leer esta famosa novela de José Saramago, haz click en este enlace:



















19 marzo 2013

ALBERTO CAEIRO, SI MUERO PRONTO




SI MUERO PRONTO

Si muero pronto,
Sin poder publicar ningún libro,
Sin ver la cara que tienen mis versos en letras de molde,

Ruego, si se afligen a causa de esto,
Que no se aflijan.
Si ocurre, era lo justo.
Aunque nadie imprima mis versos,
Si fueron bellos, tendrán hermosura.
Y si son bellos, serán publicados:
Las raíces viven soterradas
Pero las flores al aire libre y a la vista.
Así tiene que ser y nadie ha de impedirlo.
Si muero pronto, oigan esto:
No fui sino un niño que jugaba.
Fui idólatra como el sol y el agua,
Una religión que sólo los hombres ignoran.
Fui feliz porque no pedía nada
Ni nada busqué.
Y no encontré nada
Salvo que la palabra explicación no explica nada.
Mi deseo fue estar al sol o bajo la lluvia.
Al sol cuando había sol,
Cuando llovía bajo la lluvia
(Y nunca de otro modo),
Sentir calor y frío y viento
Y no ir más lejos.
Quise una vez, pensé que me amarían.
No me quisieron.
La única razón del desamor:
Así tenía que ser.
Me consolé en el sol y en la lluvia.
Me senté otra vez a la puerta de mi casa.
El campo, al fin de cuentas, no es tan verde
Para los que son amados como para los que no lo son:

Sentir es distraerse.





Del heterónimo Alberto Caeiro

Versión de Octavio Paz









23 mayo 2012

FERNANDO PESSOA, LIBERTAD



Pessoa grafiti de Charquipunk, Lisboa 2011




LIBERTAD


(Falta una cita de Séneca)
¡Ay qué placer
No cumplir un deber,
Tener un libro para leer
¡Y no hacerlo!
Leer es una lata,
Estudiar es nada.
El sol dora
sin literatura.
El río corre bien o mal,
Sin edición original.
Y la brisa, ésa,
de tal naturalmente matinal,
como tiene tiempo, no tiene prisa...
Libros son papeles pintados con tinta.
Estudiar es una cosa en que está indistinta
la distinción entre nada y cosa ninguna.
¡Cuánto mejor es cuando hay bruma,
esperar a D. Sebastián,
¡venga o no venga!
Grande es la poesía, la bondad y las danzas...
Pero lo mejor del mundo son los niños,
las flores, la música, el claro de la luna y el sol,
que peca
sólo cuando, en vez de crear, seca.
Por encima de todo esto
está Jesucristo,
que no sabía nada de finanzas,
ni consta que tuviese biblioteca...




Fernando Pessoa 
Cancioneiro





EL REY DON SEBASTIÁN

La figura de don Sebastián, rey de Portugal quizá sea una de las más míticas de la historia de ese país. 

La batalla de Alcazarquivir fue trascendental para el reino de Portugal por muchos conceptos. Originó el mito del Sebastianismo, o la idea de que el romántico rey don Sebastián, desaparecido en dicha batalla, ha de volver algún día a regir a la nación portuguesa.

El llamado Sebastianismo se entretejió alrededor de las profecías de un escritor llamado Bandarra.
Se propagó la leyenda de que el rey se encontraba todavía vivo, sólo esperando el momento preciso para volver al trono y alejar el dominio extranjero.
Es un mesianismo que proviene del desacuerdo con la situación política vigente y una esperanza de salvación milagrosa, a través de la resurrección de un muerto ilustre y que enlaza con el mito del Quinto Imperio, un tema profético recurrente en la literatura lusa según el cual Portugal ostentaría el quinto gran imperio de la historia.
En diversas épocas, surgieron personajes que se hacían pasar por don Sebastián. 

Una de las más curiosas fue la protagonizada por un pastelero de Madrigal, que dio tema en el Romanticismo a la pieza dramática de  José Zorrilla Traidor, inconfeso y mártir.




Fernando Pessoa, en su libro Mensagem, admite una postura sebastianista, en busca de un patriotismo perdido.

El libro fue compuesto tomando como motivo el pasado heroico de Portugal. 




PESSOA ¿QUÉ ES EL SEBASTIANISMO?

¿Qué es, fundamentalmente, el sebastianismo? Es un movimiento religioso, formado alrededor de una figura nacional, en el sentido de un mito.

En sentido simbólico Don Sebastián es Portugal: Portugal que perdió su grandeza con Don Sebastián , y que sólo volverá a tenerla con su regreso, regreso simbólico –como, por un misterio espantoso y divino, su propia vida fuera simbólica- pero en el que no es absurdo confiar.

Don Sebastián volverá, dice la leyenda, en una mañana de niebla, en su caballo blanco, venido de la isla lejana donde estuvo esperando la hora de la vuelta. La mañana de niebla indica, evidentemente, un renacimiento nublado por elementos de decadencia, por restos de la Noche donde vivió la nacionalidad. El caballo blanco es de más difícil interpretación. Puede ser Sagitario, signo del zodíaco, y convendría, en tal caso, percibir lo que la referencia indica, preguntando, por ejemplo, si hay referencia a España (de la que, según los astrólogos, Sagitario es signo regente), o si hay referencia a cualquier tránsito de planeta en el signo de Sagitario. El Apocalipsis, todavía, provee otra hipótesis sobre este asunto. De difícil interpretación, también, es la Isla.


Fernando Pessoa
Notas para El Sebastianismo
[sin fecha, probablemente finales de los años 20]




Fernando Pessoa encuentra a don Sebastián en un ataúd sobre un burro enjaezado a la andaluza,  
pintado por Júlio Pomar, 1985






22 mayo 2012

ALBERTO CAEIRO, NO SIEMPRE SOY IGUAL EN LO QUE DIGO Y ESCRIBO

NO SIEMPRE SOY IGUAL EN LO QUE DIGO Y ESCRIBO

No siempre soy igual en lo que digo y escribo.
Cambio, pero no cambio mucho.
El color de las flores no es el mismo al sol
que cuando pasa una nube 
o cuando entra la noche
y las flores son color de sombra.
Mas quien mira bien ve que son las mismas flores.
Por eso cuando parezco no estar de acuerdo conmigo
fíjense bien en mí:
si estaba vuelto a la derecha, 
me he vuelto ahora a la izquierda,
pero siempre soy yo, teniéndome en los mismos pies.
El mismo siempre, gracias al cielo y a la tierra
y a mis ojos y oídos atentos
y a mi clara simplicidad de alma...





Alberto Caeiro
(Heterónimo de Fernando Pessoa)
















21 mayo 2012

ÁLVARO DE CAMPOS, POEMA EN LÍNEA RECTA



POEMA EN LÍNEA RECTA


Nunca he conocido a quien se haya llevado una soba.
Todos mis conocidos han sido campeones de todo.

Y yo, tantas veces despreciable, tantas veces puerco, tantas veces vil,
yo, tantas veces indiscutiblemente parásito,
indisculpablemente sucio,
yo, que tantas veces no he tenido paciencia para bañarme,
yo, que tantas veces he sido ridículo, absurdo,
que he enrollado los pies públicamente en la alfombra de las ceremonias,
que he sido grotesco, mezquino, sumiso y arrogante,
que he sufrido afrentas y me he callado,
que cuando no me he callado, he sido más ridículo todavía;
yo, que les he resultado cómico a las camareras del hotel,
yo, que he visto guiñar los ojos a los mozos de cuerda,
yo, que he hecho granujadas financieras, pedido prestado sin pagar
yo, que cuando llegó la hora de las bofetadas, me agaché fuera del alcance de la bofetada;
yo, que he sufrido la angustia de las pequeñas cosas ridículas,
me doy cuenta de que no tengo par en esto en todo el mundo.
Todo el mundo que conozco y habla conmigo
jamás hizo nada ridículo, nunca sufrió una afrenta,
nunca fue sino príncipe- todos ellos príncipes- en la vida...


¡Ojalá oyese a alguien la voz humana
que confesase, no un pecado, sino una infamia;
que contase, no una violencia, sino una cobardía!
No, todos son el Ideal, si los escucho y me hablan.
¿Quién hay en este ancho mundo que me confiese que ha sido vil una vez?
¡Oh príncipes, hermanos míos,


coño, estoy harto de semidioses!
¿Dónde hay gente en el mundo?

¿Entonces soy yo quien es vil y erróneo en esta tierra?

Las mujeres podrán no haberlos amado,
pueden haber sido traicionados, pero ¡ridículos, nunca!
Y yo, que he sido ridículo sin haber sido traicionado,
¿cómo puedo hablar yo con mis superiores sin titubear?
Yo, que he sido vil, literalmente vil,
vil en el sentido mezquino e infame de la vileza. 




Álvaro de Campos

(Heterónimo de Fernando Pessoa)



POEMA EM LINHA RETA

Escucha recitar en portugués un fragmento del Poema em linha reta  en este maravilloso vídeo: