SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
Sor Juana Inés de la Cruz, fue una niña prodigio y una mujer adelantada a su época, estudiosa, autodidacta y erudita.
Durante su corta vida escribió obras literarias como: sonetos, romances, redondillas, endechas, liras y también cultivó el teatro.
Hija de padre vasco y madre mexicana, Juana se crió con su abuelo materno Pedro Ramírez en la hacienda de Panoayan, donde demostró sus amor por las letras y pidió ser enviada a estudiar a la Universidad, cuando apenas tenía siete años.
Desde pequeña comenzó a leer autores clásicos, griegos y españoles.
La joven poetisa ingresó a la corte como dama de compañía de la virreina, Leonor María Carreto.
Luego de un tiempo en la corte, ingresó en un convento como Sor Juana, ya que la vida religiosa representaba la única salida ante el matrimonio.
Este es uno de sus poemas que trata los conocidos tópicos literarios del Carpe Diem, Collige, virgo, rosas y el Tempus fugit.
MIRÓ CELIA UNA ROSA QUE EN EL PRADO
Muestra se debe escoger antes morir que exponerse a los ultrajes de la vejez Miró Celia una rosa que en el prado
ostentaba feliz la pompa vana
y con afeites de carmín y grana
bañaba alegre el rostro delicado;
y dijo: Goza, sin temor del hado,
el curso breve de tu edad lozana,
pues no podrá la muerte de mañana
quitarte lo que hubieres hoy gozado.
Y aunque llega la muerte presurosa
y tu fragante vida se te aleja,
no sientas el morir tan bella y moza;
mira que la experiencia te aconseja
que es fortuna morirte siendo hermosa
y no ver el ultraje de ser vieja.