KONSTANTINOS KAVAFIS
El poeta griego Konstantinos Kavafis nació en Alejandría, Egipto, donde se arruinó su padre que era un rico comerciante.
Tras la muerte del padre, cuando el poeta tiene siete años, la familia tuvo que emigrar a Inglaterra a la ciudad de Liverpool.
Los siete años que Kavafis pasó en Inglaterra -entre los nueve y los dieciséis-, fueron definitivos para su formación.
Aprendió inglés, conoció las costumbres victorianas, escribió sus primeros poemas y se familiarizó con los escritos de Shakespeare, Browning y Wilde, de quienes hay resonancias en sus versos.
Konstantinos regresó a Alejandría en 1882.
Con el comienzo de los disturbios en 1885, la familia tuvo que mudarse de nuevo, esta vez a Estambul.
Cuando Kavafis volvió a Alejandría lo haría para quedarse el resto de su vida. Al principio trabajó como periodista, y después, durante treinta años, en el Ministerio Egipcio de Obras Públicas.
A pesar de que vivió la mayor parte de su vida en Alejandría, generalmente hablaba inglés y era un gran amante de las literaturas francesa e inglesa.
A partir de 1907 colaboró en las revistas literarias Néa Zoé y Ta Grammata.
Fue un escritor prolífico, pero su talante extremadamente crítico hizo que sólo publicara doscientos poemas.
Murió en 1933.
Tras su muerte, la fama de Kavafis fue creciendo, pasando a ser considerado uno de los mejores poetas griegos modernos.
ÍTACA
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
Konstantinos Kavafis
LLUIS LLACH, VIATGE A ÍTACA
Escucha la versión en catalán que hace el cantante Lluis Llach del poema de Kavafis.
Poema manuscrito de Konstantinos Kavafis
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